El árbol de castaño de indias es originario del Cáucaso y de Grecia, de la familia de las hipocastanáceas, de madera blanca y amarillenta, hojas palmeadas, flores pequeñas, blancas y vellosas, agrupadas en racimos, y frutos que crecen en cápsulas carnosas y espinosas. El fruto similar a la castaña comestible, está protegido por muchísimas púas; en la madures, se abre en tres gajos y deja caer la semilla (castaña) generalmente una, aunque de dimensiones considerables.
En la corteza se encuentran glucósido (esculina) y un tanino. Las castañas contienen en su mayor parte fécula, y también saponina y ácidos grasos.
El castaño de indias posee propiedades diluyentes, la semilla es astringente y amarga, y la corteza es antidiarreica y febrífuga.
Otra de sus propiedades es que resulta eficaz contra las varices. Se usa en casos de gripe, catarro, bronquitis y anginas. Facilita la cicatrización de las heridas y regula la circulación sanguínea. También acaba con los sabañones y las várices.
Los preparados caseros de castaño de indias pueden hacerse mediante el cocimiento de 30-50 g. de corteza de ramas jóvenes o de frutos machacados en 1 litro de agua. Del líquido obtenido se toman 1-2 tazas al día para tratamiento de hemorroides y flebitis.
También puede prepararse una tintura con ¼ de kilo de castañas frescas- trituradas en un litro de alcohol, dejándolas en maceración durante dos semanas por lo menos. Se toma una cucharada sopera una vez al día.
Finalmente, en la industria farmacéutica y cosmética, se interesan por la producción de las castañas debido a su contenido en saponina, de gran interés en la elaboración de emulsiones para acompañar el aceite de hígado de bacalao, o como suavizante de la piel, para preparar cremas.