El rol del malvavisco en la medicina

Al pensar en “malvavisco”, la gente inmediatamente imagina los dulces esponjosos que son una delicia tanto para niños como para adultos. Sin embargo, en realidad el nombre proviene de la planta de la cual se producían (el malvavisco), pero el contenido de estos dulces ha cambiado totalmente en los últimos años debido a que el extracto de malvavisco real ha sido sustituido por otros componentes.

El malvavisco (conocido científicamente como Altea Officialis, que significa “curar”) es una planta perenne, nativa de todo el norte de Europa y Asia Occidental, y naturalizada a la costa atlántica de los Estados Unidos para su uso comercial en la industria medicinal. Desde la antigüedad, el malvavisco se ha utilizado con fines medicinales y ornamentales.

La hoja de malvavisco es reconocida por sus propiedades diuréticas. Esto hace que sea un muy buen tratamiento de las deficiencias en el sistema urinario (piedras en los riñones, uretritis e infecciones de vejiga).

La hoja de malvavisco tiene propiedades expectorantes, antitusivas y emolientes por lo que es recomendada como un remedio para el dolor y la inflamación de la membrana en las vías respiratorias, la tos seca, el dolor de garganta, bronquitis o asma.
Además, la hoja de malvavisco también puede aliviar la inflamación en las úlceras de estómago u otros trastornos digestivos y puede tener un gran efecto contra la diarrea o el estreñimiento.
Los investigadores también han descubierto que el malvavisco puede representar una alternativa natural para tratar la diabetes debido a que puede controlar el nivel de azúcar en la sangre.

Gracias a sus propiedades antibacterianas, la hoja también se puede aplicar directamente sobre la piel con el fin de luchar contra infecciones, úlceras, erupciones, dermatitis, inflamación o quemaduras.

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